Desde que te conozco nunca he sabido muy bien cómo decirte todo lo que nunca has oído. Nunca he sabido expresarme bien delante de ti, prefería demostrarte todo con besos o miradas. Las palabras algunas veces están de más. Muchísimo tiempo después, sigo sin poder decirte todo lo que no te dije... pero supongo que lo demás ya lo sabes. Sigo siendo la misma que te susurra "me encantas" cada noche. Y eso es lo que cuenta. Soy yo la que sabe lo que necesitas en cada momento, la que te acaricia hasta que te quedas dormido y la que sonríe cuando tú no te das cuenta. Mucho después, soy yo la que cuenta todos los lunares de tu cuerpo y hace recorrido por ellos cada noche. Creo que lo demás sobra, incluídas las palabras. No sabes las ganas que tenía de esto... -Siempre dices lo mismo, pero no es verdad. Ni siquiera me miraste. -No podía. Eras la chica más bonita que jamás había visto. Era como intentar mirar directamente al Sol.