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Mostrando entradas de febrero, 2014

Saldrás de esta, pero te queda un infierno

Qué me vais a decir a mí del amor que ya no sepa. Yo, que he roto relojes por verte aquí y ahora conmigo. Que he ocupado todos los espacios posibles y he acabado encerrada en esta habitación oscura. Que me quise expandir para llegar a ti y acabé explotando como el Big Bang. Yo, que de día te sueño y de noche te insomnio; que paso noches creando galaxias a partir de tus lunares. Tú, que te pasaste toda la vida dándome de lado, buscando rutas en lunares que no debías. Besando bocas equivocadas, durmiendo en camas ajenas, pensando en ojos que ya no te miran. ¡Joder, que cuando me llamas con tu boca me sublevas y cuando te marchas veo tu culo y me torturas! Y así pasa la vida. Aunque lo mejor de ella es darte cuenta de todo, entre error y error. Pero como suele pasar, nos dimos cuenta tarde. Y es que sé que, si alguna vez intento pasar página, tú vas a ser siempre esa página con la esquina doblada que destaca de todo el libro. Lo has sido siempre. Te he estado esperando. Has llegado,

You've got Hell in your body

"Bésame la distancia, cariño, que es la peor herida que tenemos. Y quizás, algún día, nos curemos los kilómetros y la felicidad sea perderme en tus ojos, y no en mi habitación, de madrugada, donde te juro que siempre es invierno sin ti. No sé si tú sentirás lo mismo. Sería bonito que gritásemos lo mismo cuando nos quedamos callados. El mundo gira demasiado rápido y temo que alguno de los dos se quede atrás y nunca tenga fuerzas suficientes para encontrar al otro. Tenemos que intentarlo. Y aquí sigo yo, abrazándome a un clavo ardiendo: tu cintura, desde donde disfruto de las mejores vistas del infierno".