He de decirte algo importante, algo que tú mismo nunca pensaste que te diría: me he perdido. Y aún no me he encontrado. He mirado en todos los rincones de tu cuerpo y nada, no hay manera de verme. Creo que ahora tengo la mala costumbre de acostarme en tu sonrisa y de llamar hogar al olor de tu piel al despertar. Creo que me he quedado a vivir dentro de ti, en el hueco que hay entre tus costillas, rompiendo mapas creados por tus lunares y emigrando a tu piel de vez en cuando. Sé que nunca querré ser repatriada a la vida real. Nunca tuve tantas ganas de ponerle a mi rutina tu nombre -aunque ya sabes que a mi lo de la rutina me hace temblar-. Y de verdad que me he buscado; me busqué en las curvas de tus labios y entre tus dedos. También busqué en cada una de tus pestañas y en todas las hectáreas de tu espalda Y allí no estaba. Supongo que es demasiado tarde... Estoy muy perdida. Pero, ¿sabes qué? Tengo algo más importante que decirte... Has de saber que ya ocupas mis ojos, que llevo tu