Amanecí con el pecho lleno de sueños porque se acercó silenciosamente al infierno de mi corazón, abatió a los demonios, apagó las llamas y colocó dos estrellas. A veces tengo tanto amor que se lo grito al mundo para que sepan que me hace tener sensaciones estelares, que somos magia gravitacional, estruendos maravillosos. Antes de su risa la música necesitaba sonidos, antes de sus caderas todos los atajos eran rectos y antes de sus ojos todas las lunas eran menguantes. Es cierto que todos los caminos llevan a Roma, si Roma es él. Quién iba a pensar que dejaríamos atrás el vértigo, empezaríamos a escalarnos y llegaríamos tan alto. A quién le digo yo que he perdido el norte porque él es el resto de mis puntos cardinales... No sé si fue amor a primera vista, pero desnudó su corazón en pleno invierno para abrigar el mío. Juro que no va a pasar frío. Le voy a compensar con todos los incendios de mi cuerpo.