Qué me vais a decir a mí del amor que ya no sepa. Yo, que he roto relojes por verte aquí y ahora conmigo. Que he ocupado todos los espacios posibles y he acabado encerrada en esta habitación oscura. Que me quise expandir para llegar a ti y acabé explotando como el Big Bang. Yo, que de día te sueño y de noche te insomnio; que paso noches creando galaxias a partir de tus lunares. Tú, que te pasaste toda la vida dándome de lado, buscando rutas en lunares que no debías. Besando bocas equivocadas, durmiendo en camas ajenas, pensando en ojos que ya no te miran. ¡Joder, que cuando me llamas con tu boca me sublevas y cuando te marchas veo tu culo y me torturas! Y así pasa la vida. Aunque lo mejor de ella es darte cuenta de todo, entre error y error. Pero como suele pasar, nos dimos cuenta tarde. Y es que sé que, si alguna vez intento pasar página, tú vas a ser siempre esa página con la esquina doblada que destaca de todo el libro. Lo has sido siempre. Te he estado esperando. Has llegado, ...