Ir al contenido principal

Para toda mi vida, tú eres la razón

El brillo de su piel en el cálido aire nocturno me enloquecía hasta el punto de sentir que los sentimientos se escapaban de mi cuerpo, huían de las prisiones en las que habían estado encerrados durante tanto tiempo. Sus ojos se posaron sobre mí, recorriendo cada rincón de mi cuerpo, para después bañarse en los míos. Ya no había nada que esconder, nos mirábamos sin limitaciones, sin rojeces en las mejillas, ni miradas que caen al suelo ni palabras absurdas para rellenar aquel cómplice silencio que se había establecido entre nosotros, ni siquiera las necesitábamos, solo queríamos de banda sonora nuestras respiraciones aceleradas: él era la exhalación, yo la inhalación, él trataba de tomar aire y yo se lo quitaba en un beso.
La luna nos reclamaba, nos absorbía las ganas, nos tomaba, nos enredaba y nosotros nos entregamos a ella gustosamente sin el más mínimo ápice de duda.
Y así acabamos la noche, cegando a las estrellas y renacimos con el amanecer más jóvenes y libres que nunca. Cómo solo nosotros dos sabíamos ser. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Huir significa ir a buscarte

¿Quién comparte tus manías? ¿Quién te saca de problemas? ¿Quieres aprender a volar conmigo? Todo lo que probaste será distinto, todo lo que dijeron será verdad, todo lo que inventábamos en el abismo tan solo eran espejismos. Juntos diseñábamos la realidad. Asegurarme tu sonrisa es mi rutina favorita. Y quiero acelerar el tiempo: en un momento estaré alli. Espérame, porque me quedaré y encontraré la posición en tu mirada, rescataré tu corazón. Que todo en la vida tiene solución, que esto es cuestión de verlo medio lleno. Porque a veces no tenemos otra opción y lo mejor es decidir si aún nos tenemos... Si tu quieres, los domingos pasearemos de la mano y los lunes correré hasta tus labios. Tal vez vaya a buscarte, pero, por favor, sácame de aquí que no puedo respirar, que esto me impide caminar. Sácame de aquí que me impide sonreír... tu manía de alejarme de ti.  Te vieron por primera vez, te vieron por última. Te vieron reír, llorar, bailar, prometer e incumplir. Te vieron a oscuras, a

Refugio

Creo que todos los días son buenos para que me abraces como siempre has hecho y me conviertas las cicatrices en recuerdos. Desde que te conozco no he podido evitar soñar despierta cada vez que te veo aparecer o veo tu cuerpo cubierto por las mismas sábanas que me tapan a mí. Cómo quieres que te explique que tú no pisas este suelo, sino que brotas. Y lo haces con tantísima fuerza que hasta los árboles añoran tu presencia, quieren amarrarse a ti y crecer contigo. Porque creces hasta debajo del cemento y eso jamás lo había visto nunca, en nadie.  No puedo parar de amar a esa espalda donde estrello mi boca contra tus astros mientras el cielo me hace cosquillas recordándome que estás aquí, conmigo. No sé muy bien qué es lo que haces para hacer de tu cuerpo un hogar al que me mudé sin ni siquiera pensármelo. Debes sentirte refugio. Y es que conoces el lugar preciso en el que tocar para encender las luces -y sabes dónde presionar para subir unos cuantos grados la temperatura- .  Estás h

Sun-day

Espero que entiendas que con mi vida tan desordenada no sepa dónde te he dejado. En realidad ya no sé ni para quién escribo, así que sobrevivo a base de pensar en todo lo que podría haber ocurrido, pero no ocurrió. Lo cierto es que cuando espero durante tanto tiempo algo, olvido esperar cualquier cosa sobre mí.  Y lo que me suele suceder es que, desde mi ignorancia, cierro los ojo y abro el corazón; si algo duele, piense que es lo habitual, así que dejo que me duela. Después si la cosa no funciona, pierdo la esperanza antes que la capacidad de seguir queriendo. Pero, ya sabes, pese a las razones que tengo para escapar, solo necesito una pequeña excusa para quedarme. Sinceramente, pienso que vivir conmigo toda una vida debe ser lo más parecido a un suicidio. Y no es que sea una "chica mala", pero mataría a cualquiera solo por volver a decir tu nombre. Es mi decisión estar triste, solo que la gente es incapaz de pensar que alguien tan triste pueda ser feliz de vez en cuando.