Ir al contenido principal

Si yo, tú, si tú, yo... sin mi, si quieres, prueba



Mientras los valientes recorren el mundo por amor, los cobardes recorren espaldas para olvidar. Y yo soy de las cobardes, porque intento olvidarme de tu risa, de tu forma de caminar o de tu olor (eso sí, no sé si podré soportarlo). Aunque... eso de saber que te pueden romper el corazón en cualquier momento es de valientes. Dicen que tú también estás siendo un cobarde ahora mismo, que ya no le haces promesas a cualquiera, que luego hay que cumplirlas y es un asco. Por lo visto, ahora eres más de apostarte la Luna en cualquier bar y perderlo todo. Que le has cogido manía a las camas hechas y vas deshaciéndolas por toda la ciudad. Yo, según parece, he cambiado ese vaso de agua que decías que me ahogaba, por un océano lleno de peces y ninguna sirena. Las noches ya no me siguen la corriente y ahora despierto con un paisaje distinto al otro lado de mi cama (que ya no te echa de menos).
Yo, que he vivido en otros mundos y universos paralelos, te juro, te prometo y me repito que todos ellos están tristemente incompletos; pues no cabe ni la mitad de tu sonrisa en el fondo de sus charcos. 
 Y últimamente, lo que más me suelen decir es: 
"Puedo quererte los días pares y tú a mí los impares,
yo seré quien ponga las normas y tú quien se las salte.
Yo puedo ser lo que tu quieras, tu ya eres lo que quiero."
Y yo, cumplo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Make me immortal with a kiss

Hoy puedo decir con una gran sonrisa en la boca que soy feliz y lo soy gracias a ti. Me he acostumbrado a tus sonrisas, tus besos, tus ojos mirándome, tu manos acariciando mi cuerpo, mis suspiros por desearte de esta manera, tu cara, tu cuerpo, mi corazón desenfrenado que se acelera cuando estás tan cerca... Siento como mi cuerpo se excita, siento la adrenalina: quiero gritar que te quiero, pero me guardo las palabras para susurrartelas al oído. El tiempo se va, veo las estaciones que pasan por mi ventana y tu y yo seguimos aquí. Igual que el Sol sale todas las mañanas, sin ninguna excepción, yo me despierto radiante porque sé que para ti soy tan o más importante que la estrella que nos enciende los días. Tú eres mi constelación de Orión, mi vía  Láctea, mi Luna, mi cielo, mi infinito... Me has enseñado a vivir, a reírme cuando quiero llorar, a llorar cuando no paro de reír, a darle importancia a los pequeños detalles, que los mejores besos son los que no te esperas, que mi nombre...

Eureka, serendipia

Hace días que tengo la imperiosa necesidad de escribir(te). Hace días que siento que todo encaja porque tú eres la pieza. No te engañes, no es que me haya dado cuenta ahora. Es que cada día se confirma mi teoría del todo: eres la creencia que conecta todos los fenómenos físicos que ocurren en mí. Y siendo todo lo pragmático que quieras, creo que cualquiera se daría cuenta. Que puedo demostrar que dos líneas paralelas se han cruzado y unificado. Solo hay que vernos: juntos y revueltos. Que toda la corriente empirista se queda corta desde mi experiencia. Y cualquier lugar llamado Edén es innato a ti. He adquirido la certeza de que tu nombre causa más estragos que cualquier  aleteo de mariposa al otro lado del mundo. Podrías poner todo patas arriba y nadie, nunca, diría que lo vio venir. Y si no mírame a mí que, después de tanto tiempo, aún sufro la vorágine que conlleva quererte como lo hago. Porque no hay mayor placer que compartir contigo el mismo hueco que creamos bajo ...

Night

Noche fría, lluviosa. Sábanas empadadas de sudor. Pesadillas que vuelan a mi mente, que me atormentan los sueños. Abro los ojos. Estoy llorando. En mi sueño te alejabas para siempre mientras yo intentaba impedírtelo. Me he dado cuenta de que estoy destapada. Miro a un lado y te veo. Tienes todas las sábanas. Duermes plácidamente y tu respiración es acompasada. Sonrío. Vuelvo a cerrar los ojos y me acurruco a tu lado. Quitame el frío. Quítame las noches y dame tus buenos días. Stop the clocks.