Ir al contenido principal

Cinco centímetros por segundo

"Quiero una chica hecha de lluvia.
Una chica que me moje, que me haga ver el arcoiris en los días sin nubes. Para bailar bajo ella. Para empaparme, que sea capaz de calarme hasta los huesos, que me deje tiritando y pensando qué ha pasado. Que sea sorprendentemente incontrolable. Que refresque en las noches calurosas, Que sea un torrente de emociones. Que cree vida a mi alrededor.
Pero también, cuidado. La lluvia es delicada. Dicen que jugar con fuego es arriesgado, pero eso solo es para los que nunca han jugado con agua. Jugar con agua es impredecible. Lo que parecía una pequeña tormenta de verano puede convertirse en un monzón que arrasa todo. Es imposible poner barreras ante ellas, porque si quieren, pueden hacer crecer la primavera entera en un colchón, pero también pueden asolar, arramblar, no dejar piedra sobre piedra, ahogarte en un mar de dudas.
Eso sí. Quizás sean las únicas chicas capaces de quitarte la sed en medio del desierto. Quizás después de una de ellas no te queden ganas de acercarte siquiera a otra chica por el riesgo de que también pueda llegarte hasta los pulmones solo con una mirada. Pero... ¿Qué es mejor, una neumonía provocada por el agua helada, o pasarte toda la vida seco?"
C.M.C

Comentarios

Entradas populares de este blog

Make me immortal with a kiss

Hoy puedo decir con una gran sonrisa en la boca que soy feliz y lo soy gracias a ti. Me he acostumbrado a tus sonrisas, tus besos, tus ojos mirándome, tu manos acariciando mi cuerpo, mis suspiros por desearte de esta manera, tu cara, tu cuerpo, mi corazón desenfrenado que se acelera cuando estás tan cerca... Siento como mi cuerpo se excita, siento la adrenalina: quiero gritar que te quiero, pero me guardo las palabras para susurrartelas al oído. El tiempo se va, veo las estaciones que pasan por mi ventana y tu y yo seguimos aquí. Igual que el Sol sale todas las mañanas, sin ninguna excepción, yo me despierto radiante porque sé que para ti soy tan o más importante que la estrella que nos enciende los días. Tú eres mi constelación de Orión, mi vía  Láctea, mi Luna, mi cielo, mi infinito... Me has enseñado a vivir, a reírme cuando quiero llorar, a llorar cuando no paro de reír, a darle importancia a los pequeños detalles, que los mejores besos son los que no te esperas, que mi nombre...

Eureka, serendipia

Hace días que tengo la imperiosa necesidad de escribir(te). Hace días que siento que todo encaja porque tú eres la pieza. No te engañes, no es que me haya dado cuenta ahora. Es que cada día se confirma mi teoría del todo: eres la creencia que conecta todos los fenómenos físicos que ocurren en mí. Y siendo todo lo pragmático que quieras, creo que cualquiera se daría cuenta. Que puedo demostrar que dos líneas paralelas se han cruzado y unificado. Solo hay que vernos: juntos y revueltos. Que toda la corriente empirista se queda corta desde mi experiencia. Y cualquier lugar llamado Edén es innato a ti. He adquirido la certeza de que tu nombre causa más estragos que cualquier  aleteo de mariposa al otro lado del mundo. Podrías poner todo patas arriba y nadie, nunca, diría que lo vio venir. Y si no mírame a mí que, después de tanto tiempo, aún sufro la vorágine que conlleva quererte como lo hago. Porque no hay mayor placer que compartir contigo el mismo hueco que creamos bajo ...

Night

Noche fría, lluviosa. Sábanas empadadas de sudor. Pesadillas que vuelan a mi mente, que me atormentan los sueños. Abro los ojos. Estoy llorando. En mi sueño te alejabas para siempre mientras yo intentaba impedírtelo. Me he dado cuenta de que estoy destapada. Miro a un lado y te veo. Tienes todas las sábanas. Duermes plácidamente y tu respiración es acompasada. Sonrío. Vuelvo a cerrar los ojos y me acurruco a tu lado. Quitame el frío. Quítame las noches y dame tus buenos días. Stop the clocks.