Cuando por fin te vea será un triunfo. Quizás no el mayor triunfo, pero si uno de los más importantes. Cuando te vea las nubes se levantarán cachondas perdidas, vírgenes suicidas abandonarán sus dos vocaciones de un polvazo, podré oír las flores y oler cómo cantan los pájaros. Ese día sabré que estás a mi lado para siempre, aunque ese para siempre dure unas horas. Sabré que estás conmigo cuando sonrío y cuando me distraigo mirando alrededor, perdiendo el hilo de lo que estabas diciendo. Lo retomaremos mientras me quitas la razón sabiendo que me ahoga. En el instante en el que por fin te vea, que le den a esa sensación de no llamarte ni oírte ni verte lo suficiente -aunque no creo que desaparezca- pero sabré que compensa. Cuando te tenga delante me hará feliz verte sonreír por cualquier tontería que se me caiga de la boca.
También sé que tú no notarás nada de todo esto. Seguirás estando para mí al final de cada frase, como hasta ahora. Seguirás mirándome a los labios cuando crees que no me fijo, como hasta siempre. Eso sí, con la distancia suficiente de quien tiene miedo a chocar y tener un accidente emocional. Mientras tanto, nos conformaremos con lo que hay.
Hasta que te vea.
Comentarios
Publicar un comentario