¿De verdad pensaste que todo se había acabado? Para que voy a engañarte, yo también lo pensé. Hasta que volví a abrazar el frío más abrasador que he acariciado jamás. Ahí me di cuenta de que hasta entonces no había vivido. Eso mismo dijiste tú cuando descubriste el infierno justo debajo de mi ombligo. Y volvimos a ser como esa eterna espera que nos había acompañado durante toda la vida, pero la diferencia es que ahora esa espera merecía la pena. He convertido tu cama en mi santuario y no sé cuando me gustas más: proclamándote dios o confesándote humano. Porque si todas las noches durmieras conmigo, dormirían menos tristes las palmas de mis manos y es que cuando te acaricié descubrí que había vivido toda mi vida con las manos vacías. He vuelto a contar tus lunares y he vuelto a crear galaxias en tu espalda. Me he vuelto a tirar por el precipicio de tus pestañas y me he quedado a vivir en la curva de tu sonrisa. He vuelto a dormir en tu almohada y a aguantar los gritos en mitad de la noche. Y tú... tú has vuelto a ser tal y como te conocí. Porque no hay nada más bello que un amanecer entrando en nuestra habitación, llenando de luz cada rincón sin saber que yo llevo despierta más tiempo que el propio Sol observando cómo te llenas como la Luna. Porque un día las nubes se tumbaron en el cielo y se dedicaron a hacer fomas con nuestros cuerpos. Y hasta ahora nos va bien. Encajamos a la perfección.
¿Quién comparte tus manías? ¿Quién te saca de problemas? ¿Quieres aprender a volar conmigo? Todo lo que probaste será distinto, todo lo que dijeron será verdad, todo lo que inventábamos en el abismo tan solo eran espejismos. Juntos diseñábamos la realidad. Asegurarme tu sonrisa es mi rutina favorita. Y quiero acelerar el tiempo: en un momento estaré alli. Espérame, porque me quedaré y encontraré la posición en tu mirada, rescataré tu corazón. Que todo en la vida tiene solución, que esto es cuestión de verlo medio lleno. Porque a veces no tenemos otra opción y lo mejor es decidir si aún nos tenemos... Si tu quieres, los domingos pasearemos de la mano y los lunes correré hasta tus labios. Tal vez vaya a buscarte, pero, por favor, sácame de aquí que no puedo respirar, que esto me impide caminar. Sácame de aquí que me impide sonreír... tu manía de alejarme de ti. Te vieron por primera vez, te vieron por última. Te vieron reír, llorar, bailar, prometer e incumplir. Te vieron a oscuras, a
hola cielo! un texto precioso, nos sorprendemos cuando pensamos que todo acaba de una vez por todas. Pero una vez más la vida nos da una sorpresa y nos demuestra que estábamos engañados. Y nos regala las noches mas dulces. un besito♥
ResponderEliminar