Ir al contenido principal

When nothing is sure...

Por mucha ropa,
o por muy poca que llevásemos,
jamás nos sentimos más desnudos
que cuando en un abrazo
nos quitaron de todos nuestros miedos.

Cuando el único abrigo que llevábamos
eran corazas, curtidas en golpes,
hostias y demás errores
que nos habían enseñado a desconfiar,

y llegó alguien que de un beso,
una caricia en la mejilla
o simplemente una mirada,
consiguió desnudarnos más allá de la piel.

Allí donde solo las personas que saben
cómo llegar sin saber cómo hacerlo pueden llegar.
Las que lo hacen todo sin querer.
Como plantarse en tu vida sin tener nada claro,
con la única certeza de que quieren estar contigo,
y eso es más que suficiente.

De improvisbesémonos a ver lo que pasa.
Ya acaba pasando. Todo.
Y quizás,
cuando nos desnudan más allá de la piel,
es porque los brazos que lo hacen
abrigan más que corazas.

Comentarios

  1. Yo también tenía una coraza que fue desnudada poco a poco; nada abriga más que piel con piel ;)
    Me ha encantado la entrada, breve pero intensa. Me tendrás muy a menudo por aqui.

    ResponderEliminar
  2. Me encantó la entrada y lo hizo porque expresa como hacía tiempo que no leía lo que significa realmente el hecho de desnudarse y, sobretodo, lo liberada que una se puede llegar a sentir cuando se da y le dan la oportunidad de hacerlo. Me encanto tu entrada

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Make me immortal with a kiss

Hoy puedo decir con una gran sonrisa en la boca que soy feliz y lo soy gracias a ti. Me he acostumbrado a tus sonrisas, tus besos, tus ojos mirándome, tu manos acariciando mi cuerpo, mis suspiros por desearte de esta manera, tu cara, tu cuerpo, mi corazón desenfrenado que se acelera cuando estás tan cerca... Siento como mi cuerpo se excita, siento la adrenalina: quiero gritar que te quiero, pero me guardo las palabras para susurrartelas al oído. El tiempo se va, veo las estaciones que pasan por mi ventana y tu y yo seguimos aquí. Igual que el Sol sale todas las mañanas, sin ninguna excepción, yo me despierto radiante porque sé que para ti soy tan o más importante que la estrella que nos enciende los días. Tú eres mi constelación de Orión, mi vía  Láctea, mi Luna, mi cielo, mi infinito... Me has enseñado a vivir, a reírme cuando quiero llorar, a llorar cuando no paro de reír, a darle importancia a los pequeños detalles, que los mejores besos son los que no te esperas, que mi nombre...

Eureka, serendipia

Hace días que tengo la imperiosa necesidad de escribir(te). Hace días que siento que todo encaja porque tú eres la pieza. No te engañes, no es que me haya dado cuenta ahora. Es que cada día se confirma mi teoría del todo: eres la creencia que conecta todos los fenómenos físicos que ocurren en mí. Y siendo todo lo pragmático que quieras, creo que cualquiera se daría cuenta. Que puedo demostrar que dos líneas paralelas se han cruzado y unificado. Solo hay que vernos: juntos y revueltos. Que toda la corriente empirista se queda corta desde mi experiencia. Y cualquier lugar llamado Edén es innato a ti. He adquirido la certeza de que tu nombre causa más estragos que cualquier  aleteo de mariposa al otro lado del mundo. Podrías poner todo patas arriba y nadie, nunca, diría que lo vio venir. Y si no mírame a mí que, después de tanto tiempo, aún sufro la vorágine que conlleva quererte como lo hago. Porque no hay mayor placer que compartir contigo el mismo hueco que creamos bajo ...

Night

Noche fría, lluviosa. Sábanas empadadas de sudor. Pesadillas que vuelan a mi mente, que me atormentan los sueños. Abro los ojos. Estoy llorando. En mi sueño te alejabas para siempre mientras yo intentaba impedírtelo. Me he dado cuenta de que estoy destapada. Miro a un lado y te veo. Tienes todas las sábanas. Duermes plácidamente y tu respiración es acompasada. Sonrío. Vuelvo a cerrar los ojos y me acurruco a tu lado. Quitame el frío. Quítame las noches y dame tus buenos días. Stop the clocks.